por Juan Arturo Brennan.
Cuando un artista muere prematuramente, en la cima de sus poderes creativos, su ausencia se presta casi inevitablemente a la especulación y a la hipótesis. Se intenta, sobre todo, extrapolar el trabajo realizado por el creador y proyectarlo hacia el futuro que la muerte le negó. En el caso de la obra y el compositor que son objeto de esta nota, la pregunta es muy sencilla: ¿hasta dónde pudo haber llegado Silvestre Revueltas en su desarrollo creativo si hubiera vivido los treinta o cuarenta años que le correspondían? Como en cualquier otro caso similar, no hay respuesta posible, pero se antoja particularmente interesante especular sobre lo que Revueltas pudo haber realizado como compositor de música para los medios. En el ámbito del cine, creó la sensacional partitura de Redes, y la espectacular aunque menos sólida música para La noche de los mayas, así como otros soundtracks que hasta la fecha son desconocidos en las salas de concierto. ¿Qué rumbo habría tomado la música de Revueltas en el contexto del cine mexicano más moderno? ¿Habría podido integrarse Revueltas a la creación de música para televisión? En medio de todas estas especulaciones queda como muestra, al menos, una interesante colaboración de Revueltas para el entonces joven medio radiofónico: su pieza de cámara titulada Ocho por radio.

Para descifrar el enigmático título de esta breve partitura de Revueltas es necesario conocer la anécdota que hay detrás de él. O en cambio, acudir al título que suele darse en inglés a esta obra, y que es el de Eight musicians broadcasting, que traducido de regreso al español sería Ocho músicos transmitiendo. Se dice que en cierto momento de su carrera, Revueltas recibió el encargo de componer a toda prisa una obra breve para ser transmitida en un concierto radiofónico. En el momento del encargo, los músicos disponibles para el proyecto eran dos violinistas, un violoncellista, un contrabajista, un clarinetista, un fagotista, un trompetista y un percusionista. Fue así que Revueltas se adaptó a los recursos que en ese momento tenía a su disposición, y creó Ocho por radio para ese peculiar conjunto instrumental. En ocasiones, el compositor solía escribir breves textos relativos a sus obras. Estos textos, que en realidad no son estrictamente notas de programa, están concebidos y realizados con un sarcasmo y un sentido del humor típicos de la personalidad de Revueltas. Esto fue lo que escribió respecto a Ocho por radio:

Ecuación algebraica sin solución posible, a menos de poseer profundos conocimientos en matemática. El autor ha intentado resolver el problema por medio de instrumentos musicales, con éxitos medianos, del que la crítica conocedora en achaques de números podrá juzgar con su habitual ecuanimidad.