Répons es considerada como la mayor obra de Pierre Boulez en los años ochenta. Puede ser vista como el reflejo de la postura del compositor ante la vida musical francesa, en tanto que asocia y confronta las dos entidades que él creó. El IRCAM, un centro para la investigación y desarrollos futuros de la música y el Ensemble Intercontemporain para la ejecución y constitución del repertorio contemporáneo. Répons tiene su origen en la aleación de la informática musical y la orquesta. La obra es también la culminación de numerosos años de investigación. La confrontación de materiales instrumentales y electroacústicos había sido intentada en Poésie pour pouvoir (1958) y en la primera versión de ...explosante-fixe... (1971). Por otro lado, la disposición poco habitual de grupos instrumentales había sido explorada en Figures-Double-Prisme (1963) y Rituel (1974). Por último, la atracción por las percusiones resonantes constituyó la materia prima de Éclat en 1965. Hay que notar que tres de las obras citadas no dejaron satisfecho a su autor.

Répons
puede entonces ser considerada como reapertura, culminación y síntesis de numerosas investigaciones de Boulez que encuentran aquí su punto de equilibrio. Asistido por Andrew Gerzso, Boulez trabajó en los estudios del IRCAM durante un largo periodo antes de llevar a término (término provisorio, como veremos) esta obra de gran complejidad.

La característica más espectacular de Répons se halla dentro de la concepción topológica y la distribución espacial de los instrumentos y los sonidos. Seis solistas rodean al público: dos pianos un arpa, un címbalo y dos percusiones que incluyen vibráfono, glockenspiel y xilófono. Sus sonidos, captados por micrófonos, son transformados en tiempo real por una computadora. Al centro, un ensamble de 24 músicos bajo el mando de un director. Esta topología particular tiene incidencia en la escritura misma de la partitura. La orquesta, dirigida “clásicamente” por el director, produce una música basada en tempi controlados. Los solistas, que son ubicados lejos o detrás del director y no pueden ser dirigidos con la misma precisión, funcionan a partir de una gestualidad global y evolucionan en tempi relativos. La superposición de estas dos métricas, una rigurosa y otra libre es una de las características principales de la obra. En este nivel, las limitaciones geográficas ocasionadas por la distancia entre los solistas son directamente incluidas en la concepción misma de la partitura.