Es indudable la importancia de Liszt como figura central para dar a conocer la música húngara en occidente. Esta aportación y su influencia en Bartók para componer auténtica música húngara apenas ha recibido atención. Sin embargo, a pesar de las dudas sobre las fuentes etnomusicológicas que utilizó el virtuoso pianista, los musicólogos comienzan a conceder que su estilo híbrido merece ser estudiado por lo que es y no por lo que los puristas quisieran que fuera. Liszt presenta de manera brillante en su serie de Rapsodias húngaras un despliegue de imaginación y recursos pianísticos como pocos en la literatura para el instrumento, todo basado principalmente en melodías con aires del folclore húngaro que llegó a conocer a lo largo de su vida, en sus recorridos por Europa o en su círculo social.

Aunque la Rapsodia 13 no es tan escuchada, musicalmente es una de las más interesantes, con el diseño amplio de su sección lenta, un vivace animado (con una melodía utilizada por Sarasate en su Zigeunerweisen), y un brillante finale. Luego de unas escalas de estilo gitano en el inicio lento, Liszt cita las canciones tradicionales Ketten mentuk, Harman jottunk y Akkor szep az erdo, mikor zold en las secciones rápidas.

La Rapsodia 14 es quizá la más popular de todas, también usada por Liszt como la famosa Rapsodia para orquesta no. 1 y en una versión para piano y orquesta, como la Fantasía húngara. En este caso se basó en la canción Magasan repul a daru para la introducción lenta tipo marcha fúnebre. La sección vivace usa las famosas czardas Kolto.

Fuente: Victor and Marina A. Ledin para Naxos. Franz Liszt Complete Piano Music, Volume 13. Hungarian Rhapsodies Nos. 10 to 19.